sábado, 26 de mayo de 2012

El capital humano


Después de tanto tiempo, vuelvo a escribir una líneas. Ésta vez, lo hago muy influenciado por mi nuevo trabajo y con la relación que estoy teniendo con las personas y las organizaciones.

Para mí, las personas son el capital más valioso que tiene cualquier organización. Se han convertido en uno de sus principales activos y son consecuencia de diferenciación ante la competencia. Los trabajadores han pasado de ser un mero “recurso” y se han transformado en piezas claves, en motor para cualquier compañía y, todo ello gracias a las competencias (conocimientos, habilidades, comportamientos y actitudes) que poseen las personas en la organización. 

Por otro lado, cuánto más capacitadas o más competencias tengan las personas que trabajan en una compañía, mayor será su rendimiento y obtendrán resultados más satisfactorios, trayendo como consecuencia una mayor consecución de resultados y, por consiguiente, empleabilidad.


De ahí la importancia estratégica que tiene hoy en día para cualquier empresario/a o mando de una organización centrar su foco de atención, dedicándole tiempo y recursos, a trabajar sobre las siguientes “palancas de cambio” en la organización:
  • La gestión eficiente de su capital humano, conduciéndolo hacia los objetivos de la organización, sin dejar de lado los intereses, demandas e inquietudes de sus trabajadores
  • La apuesta por mejorar la calidad de las personas de una organización, con la puesta en marcha de políticas continuas de desarrollo del personal; planes de formación pensados para adquirir, mantener o desarrollar las competencias de los trabajadores.
  • La preocupación y protección del valor de los activos (personas) evitando la rotación del personal, y la consiguiente pérdida de productividad, mediante el desarrollo de planes de carrera que fomenten la retención del talento en la organización


Si nos damos cuentas, éstas tres palancas giran alrededor del mismo eje: el desarrollo y la formación como fuerza del cambio.

La primera, está enfocada a la dirección de personas y se centra en el desarrollo directivo. Para ello deberá potenciar habilidades relacionadas con la dirección de equipos, comunicación y gestión de personas y así ser capaz de sacar el “máximo jugo” a las unidades o áreas de trabajo de la compañía.

Mientras que la segunda y la tercera, se centran en cómo ser capaz de desarrollar el talento humano en la organización. La vida útil de conocimientos y habilidades de los trabajadores es cada vez menor y, en consecuencia, es necesario realizar hoy más que nunca, políticas de recursos humanos que permitan asegurar la durabilidad del capital humano. 

Así que, partiendo de la idea de que para asegurar dicha durabilidad no basta con captar a los mejores, los esfuerzos realizados durante la contratación deben complementarse y reforzarse mediante una adecuada política de formación. De esta manera, la política de formación pasa a considerarse como una inversión, a diferencia del enfoque tradicional en el que la misma se entendía exclusivamente como un gasto.

jueves, 3 de mayo de 2012

El gato y los ratones

Una mañana un gato estaba persiguiendo 2 ratones, pero estos fuerón más rápidos y lograrón refugiarse en un pequeño hueco que encontrarón.

El gato desde afuera esperaba la salida de su alimento, - "Miau, miau, miauuu...", decía.

Dentro los ratones murmuraban:

- "Ojo que ahí esta el gato". Decía uno al otro.

De pronto se oyó el ladrido de un perro.

- "Guau, guau, guau"...

Y en ese momento un ratón le dice al otro:

- Llegó un perro y seguro ahuyento al gato, aprovechemos y corramos hacía nuestra ratonera.

Cuál no sería la sorpresa de los ratoncitos al ver al gato afuera esperándolos para darse un gran banquete con ellos.

En un dos por tres, el gato estiró sus dos manos, abrió las garras y lo atrapó.

Mientras disfrutaba de su banquete, el gato decía:

- "Hoy en día el que no hable al menos dos idiomas se muere de hambre".